La perspectiva de una trabajadora de la prostitución es muy variada. Muchas mujeres se ven obligadas a ejercer este trabajo por diferentes circunstancias. Otras, como resultado de una elección personal. A pesar de la razón, el miedo, la incertidumbre, el auto cuidado, el conocimiento y la elección son conceptos importantes para mantenerse a salvo y alcanzar una situación estable.
La situación de pandemia mundial afectó el oficio de la prostitución de manera significativa, en especial en aquellas personas que lo ejercen sin tener una vivienda estable. No tener dónde ejercer la labor hizo que muchas trabajadoras hayan sostenido duras perdidas. Grande incluso la ?crisis del cuidado? que muchas trabajadoras afrontan. Viviendo en condiciones que no cumplen con los mínimos estándares para la salud y la seguridad, muchas veces sin soportes esenciales como acceso a la asistencia médica o a la protección policial.
No es sólo el aislamiento lo que afecta, también tristemente la destrucción de la economía. Está descontrolado el aumento de los precios y la reducción del ingreso que las trabajadoras sufren. Muchas de ellas se ven obligadas a aceptar situaciones que no desean, limitando aún más el control que detentan sobre su trabajo y su seguridad.
En el medio de una crisis económica y que el virus está todavía vigente, muchas de estas trabajadoras se han visto empujadas a los límites para conseguir ingresos. Estas situaciones generan una situación de vulnerabilidad que impiden el ejercicio del trabajo de una forma segura y digna. Muchos clientes tratan a las trabajadoras como objetos, no como seres humanos. Esto aumenta el riesgo de explotación sexual y abuso.
Esta miseria económica, generada a causa de la pandemia, motiva a las trabajadoras de la prostitución a renunciar a las medidas de seguridad, pues tienen que hacer elecciones desesperadas para conseguir el cuidado económico mínimo.
No es bueno vivir en un ambiente de desconfianza y estrés constante. Por lo tanto, el apoyo financiero y emocional se hace necesario, para que las trabajadoras puedan prosperar en el oficio. Deben tener recursos como equipo de seguridad, formación, servicios sanitarios, medidas de seguridad y recibir un salario justo para evitar el abuso y la marginación.
Desafortunadamente, a pesar de la información y recursos ofrecidos, la situación de las trabajadoras de la prostitución alrededor del mundo sigue siendo alarmante. Muchas mujeres son desplazadas de sus hogares y buscan cualquier medio para sobrevivir. La falta de apoyo financiero y empleo digno es la raíz de los problemas, lo que a su vez genera acceso limitado a educación y alimentos.
A lo largo de los años, el estigma ha dificultado la solución de muchos de los problemas existentes para el gremio de la prostitución. Esto incluye aquellos relacionados con el acceso de asistencia médica cuando se necesita, el derecho a la autonomía, el apoyo financiero, el acceso a la justicia y la protección. ¿Cómo podemos, como comunidad, abogar por los derechos de las trabajadoras de la prostitución?
La importancia del respeto, el derecho constitucional, la equidad de género, los estándares laborales justos y la discusión honesta acerca de la prostitución. Todos estos temas deben ser abordados de forma constructiva para que las trabajadoras de la prostitución obtengan la dignidad y el respeto que se merecen.
Los gobiernos deben ser conscientes del uso de su poder político para asegurar los derechos, la seguridad y la autonomía de todas las trabajadoras de la prostitución. Deben ofrecer servicios como el acceso a la asistencia médica, la educación, el trabajo digno, el cuidado de los hijos y el acceso a la justicia. Esto permitirá a estas personas no sólo sobrevivir, sino también prosperar y protegerse de los abusos.
Existe la necesidad de iniciativas para abordar los problemas que enfrentan las trabajadoras de la prostitución. Armados de educación, información y comunidad, debemos tomar medidas para crear un entorno en el que estas personas estén seguras y puedan ejercer su trabajo de forma segura, sin perder su autonomía e identidad.
Es importante mirar con empatía y respeto la realidad de las trabajadoras de la prostitución, para que puedan ser vistas como seres humanos, con derechos y vidas que valen la pena ser protegidas. La educación, información y el trabajo conjunto servirán como la mejor arma contra la carga desgastante que muchas trabajadoras de la prostitución viven diariamente.